Los pies y tobillos hinchados e inflamados podrían deberse a una retención de líquidos causada por una insuficiencia cardíaca.
A menudo empeora al final del día o después de estar sentado durante largos períodos.
3. Decoloración (pies azules, morados o pálidos)
Un tinte azulado o violáceo puede indicar un bajo suministro de oxígeno.
Los pies pálidos o cenicientos pueden indicar una disminución del flujo sanguíneo.
4. Entumecimiento u hormigueo
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