Una luz, presencias… y una cálida bienvenida:
Muchos hablan de un encuentro conmovedor con seres luminosos: a veces seres queridos ya fallecidos, a veces figuras benévolas indescriptibles. Sin juicios ni reproches. Solo una bienvenida de reconfortante dulzura , como si todo se comprendiera, se perdonara y se apaciguara. Estas presencias tranquilizan, guían y transmiten una extraña pero placentera sensación: la de ser esperados.
La película de su vida en cámara rápida:
¿Uno de los momentos más descritos? Una especie de “repaso rápido”, donde repasamos los momentos clave de nuestras vidas, como una presentación emocional. Pero aquí no se trata de juzgarnos. Se trata, más bien, de comprender profundamente los efectos de cada palabra, cada gesto, cada emoción en nosotros mismos y en los demás. Una lección de empatía a escala real, que nos hace reflexionar, incluso más allá de lo visible.
¿Y si todavía tenemos algo que hacer aquí?
En algunas historias conmovedoras , el alma parece tener una opción: quedarse… o regresar. Este regreso, a menudo temporal, se realiza por una razón muy específica: un hijo que aún te necesita, una misión pendiente, una promesa que cumplir. Esta decisión no se toma a la ligera, sino siempre con una inmensa claridad interior. Como si el alma supiera exactamente por qué debe regresar.
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