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Preservando la generosidad de la naturaleza: cómo preparar mermelada de frutas silvestres para un desayuno nutritivo y sabroso

4 tazas de frutas silvestres (como fresas, frambuesas, moras o una mezcla)
1 taza de azúcar granulada (ajustar según el sabor y dulzor de las frutas)
1 cucharada de jugo de limón (para acidez y sabor)
Opcional: pectina o manzana núcleos (para agregar agente gelificante)
INSTRUCCIONES:

Instrucciones:

1 – Coseche sus frutas silvestres: Salga a la naturaleza y recolecte una variedad de frutas silvestres en su punto máximo de madurez. Ya sea que busque comida en el bosque, explore el mercado de agricultores local o recoja frutas de su propio patio trasero, elija frutas que sean de colores vibrantes, de aroma fragante y llenas de sabor.
2 – Prepare sus frutas: Enjuague las frutas silvestres con agua fría para eliminar la suciedad o los residuos. Retire los tallos, las hojas o las imperfecciones y pique las frutas más grandes en trozos más pequeños. Aprovecha las imperfecciones de las frutas silvestres: sus formas y tamaños únicos añaden carácter a tu mermelada.
3 – Cocine su mermelada: En una cacerola grande, combine las frutas silvestres preparadas, el azúcar granulada y el jugo de limón. Cocina a fuego medio, revolviendo ocasionalmente, hasta que los frutos comiencen a descomponerse y soltar su jugo. Este proceso puede tardar entre 20 y 30 minutos, según el tipo de fruta utilizada.
4 – Prueba de cocción: para comprobar si la mermelada está lista, vierte una pequeña cantidad en un plato frío y colócala en el congelador durante un minuto. Si la mermelada se endurece y se arruga cuando se la empuja suavemente con el dedo, está lista. De lo contrario, continúe cocinando y repita la prueba hasta lograr la consistencia deseada.

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