Para esto, hay 2 partes en cada una de las cuales, si hay algún problema, es posible que haya otros problemas.

¿Un indicador valioso de la salud cardiovascular?

Recientemente, investigadores japoneses descubrieron una sorprendente relación entre la nicturia y la hipertensión. En su estudio, las personas que se levantaban al menos una vez por la noche para orinar tenían un 40 % más de riesgo de desarrollar hipertensión. Y la hipertensión suele implicar un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

¿Por qué existe esta relación? Simplemente porque cuando el corazón funciona mal, como en casos de insuficiencia cardíaca, el cuerpo tiene dificultades para regular los líquidos correctamente. Al acostarse, el líquido que se acumula en las piernas sube a los riñones, que entonces empiezan a producir más orina. Como resultado, no se puede dormir.

Corazón cansado, riñones sobrecargados: una reacción en cadena

Los problemas cardíacos afectan a todo el cuerpo. Además de la mala circulación sanguínea, la función renal también se deteriora: el cuerpo pierde capacidad para procesar líquidos, lo que puede provocar micción frecuente durante la noche. Si a esto le sumamos un desequilibrio hormonal que afecta a la retención de líquidos, tenemos el conocido círculo vicioso.

Y eso no es todo: el sueño fragmentado, a su vez, contribuye a trastornos metabólicos, aumenta el estrés oxidativo y mantiene la presión arterial inestable. En resumen, una simple ida al baño por la noche puede indicar mucho más que una vejiga hiperactiva.

 

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