Aislados de proteína de soya: un peligro para las hormonas y el hígado:
Los aislados de proteína de soya son proteínas vegetales económicas extraídas de soja transgénica. Estos aislados se utilizan ampliamente en barritas de proteínas, sustitutos vegetarianos de carne, comidas dietéticas listas para consumir y algunas fórmulas infantiles.
El problema radica en el proceso de fabricación, que utiliza herbicidas tóxicos como el glifosato, así como en el alto grado de procesamiento de estos productos. Estos aislados causan inflamación hepática, alteran el equilibrio hormonal tanto en hombres como en mujeres y promueven la acumulación de grasa visceral.
Para evitar estos efectos, opte por proteínas naturales procedentes de alimentos integrales como carne, huevos, pescado, mariscos o lenteja de agua.
Refrescos: un doble problema, ya sean dulces o dietéticos:
Los refrescos azucarados, con un alto contenido de glucosa y fructosa, contribuyen directamente a la acumulación de grasa abdominal. Sin embargo, los refrescos dietéticos no son una alternativa saludable. Estas bebidas contienen edulcorantes artificiales como el aspartamo y la sucralosa, que alteran las señales de saciedad y aumentan el apetito.
Los edulcorantes artificiales también afectan la microbiota intestinal, promoviendo la inflamación crónica y los trastornos metabólicos. Indirectamente, aumentan el riesgo de aumento de peso, depresión y ansiedad.
Para una alternativa saludable, mezcle agua con gas con fruta triturada y un toque de stevia para crear una bebida refrescante sin azúcar.
Bebidas alcohólicas: una carga para el hígado:
El alcohol, incluso consumido con moderación, supone una carga significativa para el hígado. Este órgano debe descomponer el alcohol antes de poder metabolizar las grasas o los azúcares. Esta sobrecarga provoca inflamación del hígado, lo que limita su capacidad para quemar grasa eficientemente. Con el tiempo, esto puede provocar enfermedad del hígado graso y acumulación de líquido abdominal (ascitis).
Además, el alcohol inhibe la quema de grasa porque el hígado debe eliminarlo primero antes de procesar otras fuentes de energía. Esto exacerba el almacenamiento de grasa visceral, especialmente si también consume alimentos ricos en fructosa o carbohidratos.
Para reducir estos efectos, evite o limite el consumo de alcohol y siga una dieta que favorezca la función hepática.
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