Instrucciones:
Calienta la leche en una olla a fuego medio hasta que alcance una temperatura de aproximadamente 85°C (185°F). Esto ayudará a matar cualquier bacteria no deseada y a mejorar la textura del yogur.
Retira la leche del fuego y déjala enfriar hasta que alcance una temperatura de alrededor de 43°C (110°F).
En un recipiente aparte, mezcla las 2 cucharadas de yogur griego con un poco de la leche caliente hasta que esté bien combinado y sin grumos.
Agrega esta mezcla al resto de la leche caliente y remueve suavemente para incorporar.
Vierte la mezcla en recipientes individuales o en un recipiente grande y tápalo con una tapa hermética o un paño limpio.
Coloca el recipiente en un lugar cálido y déjalo reposar durante 8-12 horas para que fermente. Puedes usar un horno precalentado a la temperatura mínima (generalmente alrededor de 50°C o 120°F) para mantener el ambiente cálido.
Después del tiempo de fermentación, refrigera el yogur durante al menos 4 horas para que adquiera una consistencia más firme.
Una vez refrigerado, puedes servir el yogur griego con miel, frutas frescas, frutos secos o cualquier otro complemento de tu elección.
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