50 gramos de chiles secos (como chile de árbol, chile guajillo o chile pasilla)
4 dientes de ajo
1/2 taza de aceite de oliva o aceite vegetal
1 cucharadita de semillas de comino
1 cucharadita de semillas de cilantro
Sal al gusto
Instrucciones:
Comienza por desvenar y quitar las semillas de los chiles secos. Puedes dejar algunas semillas si prefieres una salsa más picante.
En una sartén grande y seca, tuesta los chiles secos a fuego medio-bajo hasta que estén fragantes. Ten cuidado de no quemarlos, ya que esto puede darle a la salsa un sabor amargo.
Retira los chiles del fuego y déjalos enfriar un poco. Luego, colócalos en una licuadora o procesadora de alimentos junto con los dientes de ajo pelados, las semillas de comino y las semillas de cilantro.
Tritura los ingredientes hasta obtener una mezcla gruesa y homogénea.
Calienta el aceite en la misma sartén que usaste para tostar los chiles. Una vez caliente, vierte la mezcla de chiles y especias en el aceite caliente. Ten cuidado, ya que la mezcla puede salpicar.
Cocina la salsa macha a fuego bajo durante unos 10-15 minutos, revolviendo ocasionalmente, hasta que los ingredientes estén bien combinados y el aceite haya tomado un color rojo oscuro.
Retira la salsa del fuego y déjala enfriar antes de transferirla a un frasco de vidrio esterilizado.
La salsa macha se puede almacenar en el refrigerador durante varias semanas. Se intensifica su sabor con el tiempo.
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