ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

Rollos de canela de terciopelo rojo

1 caja de mezcla para pastel Red Velvet del tamaño normal, cariño
2 1/2 a 3 tazas de buena harina para todo uso
1 paquete 1/4 oz de levadura seca activa
1 1/4 tazas de agua tibia Mantenlo entre 120 ° y 130°, azúcar
1/2 taza de azúcar moreno bien compactado
1 cucharadita de canela molida ¡qué bueno!
1/4 taza de mantequilla derretida No puedo resistirme a esa delicia mantecosa

Para el glaseado:

2 tazas de azúcar en polvo
2 cucharadas de mantequilla blanda, aquí no queremos mantequilla dura, miel
1 cucharadita de extracto de vainilla, se trata de ese aroma dulce
3 a 5 cucharadas de leche al 2%, lo suficiente para obtener la consistencia adecuada

Instrucciones
En un tazón, mezcle la mezcla para pastel, 1 taza de harina y la levadura. Vierte el agua tibia y bate bien a velocidad media durante unos 2 minutos. Incorpora poco a poco la harina restante hasta obtener una masa suave (quedará un poco pegajosa, ¡pero está bien!).

Enharine ligeramente la encimera y amase suavemente la masa de 6 a 8 veces. Colóquelo en un recipiente engrasado, asegurándose de engrasar también la parte superior. Ahora, déjalo reposar en un lugar cálido hasta que duplique su tamaño (aproximadamente 2 horas). Mientras esperas, toma otro tazón y combina el azúcar moreno y la canela.

¡Es hora de golpear la masa! Colóquelo sobre una superficie enharinada y enróllelo hasta formar un rectángulo de 18 × 10 pulgadas. Cepille esa deliciosa mantequilla derretida, dejando aproximadamente 1/4 de pulgada alrededor de los bordes, luego espolvoree la mezcla de azúcar y canela por todas partes.

Enrolle la masa como si fuera un rollo de gelatina, comenzando por el lado largo y pellizca la costura para sellarla. Córtelo en 12 trozos iguales y colóquelos con el lado cortado hacia arriba en un molde para hornear engrasado de 13×9 pulgadas. Cúbrelo con un paño de cocina y déjalo reposar en ese lugar cálido hasta que casi duplique (aproximadamente 1 hora).

Precalienta tu horno a 350°. Hornee los panecillos hasta que estén inflados y de color dorado claro (entre 15 y 20 minutos). Déjalos enfriar un poco.

Mientras tanto, bata el glaseado batiendo el azúcar en polvo, la mantequilla, la vainilla y suficiente leche para lograr una consistencia suave y llovizna. ¡Rocía ese glaseado celestial sobre tus panecillos calientes y disfruta!

Continúa en la siguiente página

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

Leave a Comment