En un tazón grande, mezcle los tomates picados, la cebolla morada, el jalapeño y el cilantro.
Si lo usas, agrega el ajo picado.
Exprime el jugo de limón sobre la mezcla. Comienza con el jugo de un limón y ajústalo según tu preferencia de acidez.
Agrega sal al gusto y mezcla bien todos los ingredientes.
Pruebe y ajuste el nivel de picante, acidez y sal según sus preferencias personales.
Deja reposar el pico de gallo en el refrigerador por al menos 30 minutos antes de servir. Esto permitirá que los sabores se mezclen e intensifiquen.
Revuelve antes de servir y asegúrate de ajustar la sazón si es necesario.
¡Listo! Ahora tienes un delicioso pico de gallo fresco y lleno de sabor. Puedes disfrutarlo con tortillas, nachos, carnes a la parrilla, pescado o prácticamente cualquier plato que quieras enriquecer con un toque fresco y picante. ¡Disfrutar!
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