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Primer Ministro de España

autoridad constitucional
El Capítulo Cuarto de la Constitución define el gobierno y sus responsabilidades. El gobierno está formado por el Primer Ministro y los Ministros de Estado. El gobierno administra la política interior y exterior, la administración civil y militar y la defensa de la nación en nombre del rey en nombre del pueblo. Además, el gobierno ejerce autoridad ejecutiva y regulaciones legales.

No existe ninguna disposición en la Constitución española que otorgue expresamente poderes de emergencia al gobierno, lo que puede entenderse como un exorcismo de la última dictadura en España. Sin embargo, el Capítulo Dos, Sección 56 de la Constitución designa al Rey como “árbitro y administrador de las instituciones gubernamentales”, y el Rey es responsable del arbitraje y la supervisión del desempeño regular de las instituciones (arbitraje y revisión regular de las instituciones). Puede entenderse que esta cláusula permite al rey o a los ministros de su gabinete ejercer poderes de emergencia en tiempos de crisis nacional, como cuando el rey utilizó su poder para apoyar al gobierno en ejercicio y pedir a los militares que abandonaran el golpe del 23 de febrero de 1981 en España.

El regreso de la democracia
Adolfo Suárez fue el primer Primer Ministro elegido democráticamente del gobierno posfranquista y el 149º Primer Ministro español desde 1834. Fue nombrado por el rey Juan Carlos el 3 de julio de 1976. En las elecciones generales españolas de 1977 se confirmó su cargo como Primer Ministro. por una votación.

Para más información, véase Lista de Primeros Ministros de España.
Nobleza
La Nobleza en España la establece el Rey, según el Ministerio de Justicia español y es la máxima distinción que puede otorgar como honor honorífico en España. Tradicionalmente, un título de concesión que crea dignidad debe ser firmado por un ministro del gobierno. Cuando se crea un cargo para un presidente anterior, el presidente sucesor suele ratificar el real decreto. Como recompensa por el servicio nacional, el Rey concedió títulos nobiliarios a dos de sus antiguos jefes que desde entonces se habían retirado de la política activa: se creó el título de Adolfo Suárez como I Duque de Suárez y a Leopoldo Calpo Sotelo se le otorgó Marqués de la Ría de Ribadeo. El rey creaba títulos de nobleza adicionales para otros ministros del gobierno, generalmente siguiendo el consejo del jefe de gobierno.

Desde 2005 el Rey ha creado cuarenta títulos nobiliarios hereditarios.

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