Una rodilla hinchada, dolorosa y repentina puede ser un signo de gota, que ocurre cuando se acumulan cristales de ácido úrico en la articulación. La seudogota es similar, pero se trata de cristales de calcio. Estas afecciones suelen afectar una articulación a la vez y pueden aparecer y desaparecer.
5. Osteoartritis localizada
La osteoartritis puede comenzar en una sola rodilla, especialmente si esa rodilla ha sufrido una lesión previa o soporta más peso. La hinchazón suele ser de leve a moderada y empeora con la actividad.
6. Quiste de Baker
Un quiste de Baker es un bulto lleno de líquido que se forma detrás de la rodilla, a menudo debido a artritis o un desgarro de cartílago. Puede sentir tirantez o notar hinchazón, especialmente al flexionar o estirar la rodilla.
7. Coágulo sanguíneo o problema circulatorio
Aunque es menos común, un coágulo sanguíneo (trombosis venosa profunda) en la pierna puede causar hinchazón alrededor de la rodilla, generalmente con hinchazón, calor o dolor en la pantorrilla. Esta es una emergencia médica y requiere atención inmediata.
¿Cuándo debe consultar a un médico?
Consulte a un profesional de la salud si:
La hinchazón es repentina, intensa o se acompaña de fiebre
La rodilla está caliente, enrojecida o muy sensible
No puede caminar ni mover la rodilla
La hinchazón no mejora después de unos días
Conclusión clave
Una sola rodilla hinchada no siempre es motivo de alarma, pero es importante no ignorarla. Ya sea debido a una lesión, artritis, infección u otra causa, obtener un diagnóstico oportuno es esencial para el tratamiento adecuado y proteger la salud de la rodilla a largo plazo.
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