Una reacción neurológica bien orquestada
Es el sistema nervioso autónomo (el que controla funciones involuntarias como la respiración o la digestión) el que impulsa este fenómeno.
Esto es lo que pasa:
- El agua estimula los nervios de la piel.
- Estos nervios envían una señal al cerebro.
- El cerebro desencadena la vasoconstricción : los pequeños vasos sanguíneos de los dedos se contraen.
- Resultado: la piel pierde volumen en profundidad, lo que crea huecos visibles en la superficie.
Sorprendentemente , las personas con daño nervioso no desarrollan estos pliegues , lo que demuestra que no se trata de una simple reacción química o mecánica.
Una adaptación evolutiva contra superficies resbaladizas
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