Espolvorea una generosa capa de bicarbonato de sodio en el fondo del horno, asegurándote de cubrir las zonas sucias.
Calienta un poco de vinagre blanco y viértelo en el bicarbonato de sodio en un recipiente resistente al calor en el horno.
Coloca otra olla con agua en el horno y deja reposar durante unos 30 minutos.
Después de 30 minutos, limpia el interior del horno con vinagre tibio y enjuaga con agua. Secar con un paño limpio.
Ventajas del método:
Elimina eficazmente la suciedad y la grasa del horno.
Es una alternativa ecológica y económica a los agentes de limpieza químicos.
Después de la limpieza deja un agradable y fresco olor en el horno.
Con este sencillo truco tu horno quedará impecable y listo para cocinar deliciosas comidas sin preocupaciones. ¡No esperes más, pruébalo y disfruta de un horno limpio y brillante en todo momento!
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