Pero ¿para qué sirve realmente el agujero del imperdible?

¿Cansado de las costuras que se deshacen al primer tirón? El pespunte es tu mejor aliado. Simplemente haz unas puntadas al principio y al final de cada vuelta: esto fija el hilo y da  una resistencia excepcional  a tus creaciones. ¡Es sencillo, rápido y marca la diferencia!
El truco del alfiler diagonal
Un pequeño hábito que marca la diferencia: coloca los alfileres en ángulo en lugar de rectos. Esto ayuda a que la tela se mantenga mejor en su lugar, especialmente cuando está fluida o resbaladiza. Y a la hora de coser, son más fáciles de quitar sin mover la tela ni un milímetro. El resultado: costuras impecables, sin arrugas ni sorpresas.
Nudos que (realmente) aguantan
Hacer un nudo fuerte no es solo cuestión de técnica, sino también de destreza. ¿El truco? Enrolla el hilo alrededor de la aguja varias veces antes de tirar. Este simple gesto crea un nudo pequeño y firme que no se  deshilachará fácilmente , incluso después de varios lavados. Un acabado limpio, impecable y, sobre todo, duradero.
El pequeño secreto del pin
¿Y qué hay de ese famoso agujero? Sirve para insertar fácilmente un elástico o una cinta en un cordón (como la cinturilla de un pantalón o una falda). Simplemente pasa un hilo o cordón, fija el elástico y guíalo por la tela. Gracias a este ingenioso sistema, ¡  se acabaron los elásticos atascados o perdidos!  Un detalle que  puede marcar la diferencia , sobre todo cuando tienes prisa.
Estos consejos de otra época no han perdido nada de su eficacia. Sencillos, prácticos y llenos de sentido común, recuperan la nobleza de la costura casera. Así que, ¿por qué no les haces un hueco en tu caja de herramientas creativas?
¡Ahora es tu turno y deja que coser vuelva a ser un auténtico placer diario!
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