Los conocidos sofocos: una alarma corporal bien conocida
Estas repentinas oleadas de calor, que suben del tronco a la cara y suelen ir acompañadas de sudoración o escalofríos, son síntomas emblemáticos. Se presentan tanto de día como de noche y, en ocasiones, pueden dificultar el sueño .
En caso de cambios de humor
Irritabilidad, fatiga nerviosa, ansiedad e incluso momentos de melancolía: la menopausia también altera el cerebro. La disminución de estrógenos altera la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. Como resultado, las emociones se vuelven más inestables y, a veces, impredecibles.
Noches rotas, paz turbada
Dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes, fatiga persistente… Los sudores nocturnos y la agitación hormonal alteran gravemente el sueño. Este círculo vicioso agota tanto el cuerpo como la mente .
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