Las personas con mala circulación suelen tener vasos sanguíneos estrechos o rígidos. Al dilatarlos, la niacina permite que la sangre fluya con mayor libertad, lo que reduce el riesgo de coágulos, hinchazón y entumecimiento en las extremidades inferiores. Algunos pacientes incluso experimentan un “rubor de niacina” (una sensación temporal de calor u hormigueo) a medida que aumenta el flujo sanguíneo, especialmente en las extremidades.
Otras vitaminas útiles
Si bien la vitamina B3 es especialmente eficaz, otras vitaminas también favorecen la circulación:
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La vitamina E es un antioxidante que ayuda a prevenir la formación de coágulos sanguíneos y estimula la producción de glóbulos rojos. Favorece la circulación sanguínea y puede aliviar los calambres en las piernas causados por la mala circulación.
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La vitamina C estimula la producción de colágeno, lo que fortalece las paredes de los vasos sanguíneos. También reduce la inflamación, ayudando a mantener las arterias flexibles y abiertas.
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La vitamina D puede ayudar a prevenir la rigidez arterial y regular la presión arterial, lo que indirectamente mejora la circulación en las piernas y los pies.
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La vitamina B12 ayuda a formar glóbulos rojos. Su deficiencia puede causar anemia, lo que reduce el flujo de oxígeno a los tejidos y contribuye a una mala circulación.
Mejores fuentes y suplementos
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