Para comenzar este viaje culinario, reúna los siguientes ingredientes:
Harina para todo uso : 2 tazas
Polvo para hornear : 1 cucharada
Sal : 1/2 cucharadita
Azúcar : 1/4 taza
Mantequilla fría sin sal : 1/2 taza (en cubos)
Leche : 3/4 taza
Arándanos frescos : 1 taza
Limón : 1 (para ralladura y jugo)
Azúcar en polvo : 1 taza
Preparando la masa
Combine los ingredientes secos : en un tazón grande, mezcle la harina, el polvo para hornear, la sal y el azúcar.
Incorporar mantequilla : agregue la mantequilla en cubos a los ingredientes secos y use las yemas de los dedos para frotarla hasta que la mezcla parezca migajas gruesas.
Agregar leche : Vierta la leche y revuelva hasta que se forme una masa suave.
Agregar arándanos
Incorpora suavemente los arándanos frescos a la masa hasta que se distribuyan uniformemente. Tenga cuidado de no mezclar demasiado para evitar romper las bayas.
Dar forma a las galletas
Aplanar la masa : Transfiera la masa a una superficie enharinada y déle palmaditas hasta formar un rectángulo de 1 pulgada de grosor.
Cortar galletas : Use un cortador de galletas para cortar rondas de masa y colóquelas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino.
Instrucciones para hornear
Precalienta el horno a 425 °F (220 °C) y hornea las galletas durante 12 a 15 minutos, o hasta que estén doradas y bien cocidas.
Hacer el glaseado de limón
Ralladura y jugo de limón : Rallar la ralladura del limón y exprimir su jugo.
Mezclar los ingredientes : En un tazón pequeño, mezcle el azúcar en polvo, la ralladura de limón y el jugo de limón hasta que quede suave.
Rociar el glaseado
Una vez que las galletas estén fuera del horno y ligeramente enfriadas, rocíe el glaseado de limón sobre la parte superior de cada galleta, dejando que gotee por los lados.
Sirviendo sugerencias
Sirva estas galletas dulces de arándanos con glaseado de limón calientes junto con una taza de café o té recién hecho para disfrutar del máximo placer.
Consejos de almacenamiento
Para mantener las galletas frescas, guárdelas en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta por tres días. Alternativamente, puedes congelarlos por hasta un mes y recalentarlos en el horno antes de servirlos.
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