Prepare la mezcla de gelatina: En una cacerola pequeña, mezcle 100 g de azúcar y 10 g de agar-agar. Agrega poco a poco 50 ml de agua hasta que todo esté bien mezclado.
Calentar la mezcla: Coloca la olla a fuego medio y lleva la mezcla a ebullición, revolviendo constantemente, hasta que el azúcar y el agar-agar se disuelvan por completo.
Agrega la leche y la nata: Reduce el fuego y vierte lentamente 250 ml de leche y 250 ml de nata, revolviendo constantemente. Calienta la mezcla hasta que esté caliente pero no hirviendo.
Dejar enfriar un poco: Retire la sartén del fuego y deje que la mezcla se enfríe un poco. Revuelva de vez en cuando para evitar que se forme una piel en la superficie.
Prepara la fruta: Mientras la mezcla se enfría, prepara la fruta fresca cortándola en trozos pequeños.
Prepare el postre: coloque la fruta en rodajas en el fondo de vasos para servir o en un tazón grande. Luego vierte lentamente la mezcla de gelatina sobre la fruta.
Enfriar: Coloca el postre en el refrigerador por al menos 4 horas, o hasta que la gelatina esté cuajada.
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