En un suéter viejo encontré unas extrañas bolitas rojizas y casi vomité cuando me di cuenta de lo que eran.

Al parecer, los ratones habían intentado hacer su nido allí. En el fondo del armario, incluso encontré trozos de algodón y alambres: ¡habían traído basura para calentar su refugio!

Ahora entiendo que es fundamental revisar y ventilar los armarios al menos una vez por temporada, y no dejar cosas ahí durante años. Desde entonces, he puesto trampas y guardado todo en recipientes herméticos.

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