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El consejo de los chefs para que la carne esté más tierna que nunca: añade este ingrediente secreto antes de cocinarla

El limón, el vino tinto o el vinagre de sidra serán suficientes. ¡Ten en cuenta que el tomate, la piña o la papaya son excelentes ablandadores de carne!

Gracias a los fermentos lácticos: leche, nata, lácteos.

Los fermentos lácticos contienen poderes ablandadores, gracias a sus famosas enzimas que tanto bien hacen al tracto digestivo, que superará las carnes más duras.

Por tanto, esta técnica infalible consiste en remojar la carne cruda en estos nutrientes. Ya no debemos ver ni un solo centímetro cuadrado de carne, sea cual sea. También en este caso el tiempo juega a tu favor: entre 5 y 8 horas, o toda la noche en el frigorífico.

¿Esta vida loca te hace hervir? ¿Y si te desahogas “batiendo” esta dura carne?

Sí, a veces en la cocina tendemos a querer desahogarnos… ¡físicamente! Lo que vamos a discutir ahora se llama acertadamente: martillar. Golpeamos el trozo de carne para destruir las fibras y por tanto ablandarlo.

Hay dos métodos disponibles para usted. Con o sin mazo para carne.

Sin herramientas: coloca tu trozo de carne en un paño limpio o envuélvelo vigorosamente, luego colócalo sobre tu superficie de trabajo y comienza a golpearlo durante unos minutos. Observa los efectos, ¡no te llevarás malas sorpresas!

Con un mazo para carne: Al igual que con el método anterior, simplemente golpea tus trozos de carne previamente envueltos y observa el resultado final.

¿Cómo hacer un guiso, ternera bourguignon o cualquier guiso sin que la carne quede seca?

“Cocer a fuego lento” es en sí mismo un método para ablandar la carne. Es importante dejarlo cocinar a fuego lento durante mucho tiempo y sobre todo vigilar el nivel de agua, sal o tomates! Lo olvidamos con demasiada frecuencia, ¡la salsa de tomate con su acción ácida, su agua, influye mucho en el éxito de los llamados platos a la cazuela!

Previamente ocúpate de cortar con cuidado los trozos de tomate y añade también una cucharadita o dos de bicarbonato de sodio. ¡Shh, es un secreto!

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