Esto llevó a que la yuca fuera apodada “el alimento más mortífero del mundo”.
Los tubérculos de yuca contienen una cantidad variable de glucósidos cianogénicos que protegen la raíz del ataque de animales e insectos. Un procesamiento adecuado antes del consumo puede reducir el contenido de glucósidos cianogénicos en la yuca. Cuando la yuca con alto contenido cianogénico no se procesa correctamente, se produce una alta exposición al cianuro en la dieta, según un estudio publicado por la OMS.

Esto suele ocurrir en épocas de hambruna y guerra. El cianuro presente en la yuca se asocia con intoxicación aguda por cianuro y varias enfermedades, incluido el konzo.
El konzo es una paraparesia espástica irreversible de aparición repentina, asociada al consumo de yuca amarga 22, 23 y a una baja ingesta de proteínas. Es una enfermedad propia de la pobreza extrema. El konzo se presenta principalmente en epidemias, pero también se reportan casos esporádicos.
Si se cocina y se consume de forma adecuada y moderada (remojando la yuca pelada en agua 24 horas antes de su preparación o hirviéndola y secándola al sol), la yuca es una fuente importante de carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales.
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