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¡Dios mío, probablemente la mejor comida que he preparado!

Instrucciones
1. Precalienta tu horno a 375 grados Fahrenheit y con un toque de aceite de oliva, engrasa ligeramente una bandeja para hornear.
2. En un tazón grande, combine el pollo molido, la ricota, el parmesano, el perejil, el ajo, el huevo, el pan rallado, la sal, la pimienta y el orégano. Lo mejor es entrar con las manos, ahora lavadas y sin anillos, para mezclar, como solía hacer mamá.
3. Una vez que la mezcla esté bien mezclada, enróllela suavemente en bolas, cada una del tamaño de una pelota de golf, y colóquelas en la bandeja para hornear engrasada.
4. Introduzca las albóndigas en el horno y hornee durante 25 a 30 minutos, hasta que empiecen a dorarse y estén bien cocidas.
5. Calentar la salsa de tomate en una cacerola y, una vez cocidas las albóndigas, bañarlas en la salsa.

6. Sirve inmediatamente, con cualquiera de los acompañamientos antes mencionados y una pizca de amor.
Variaciones y consejos
Si te sientes aventurero, cambia el perejil por albahaca o agrega una pizca de hojuelas de pimiento rojo para darle un toque especial. Para aquellos que deben evitar el gluten, la harina de almendras puede sustituir el pan rallado, aunque es posible que desees agregar un poco más para obtener la consistencia adecuada. Y recuerde, el ingrediente secreto de cualquier plato es una pizca de paciencia y una pizca de recuerdos: sirva generosamente.

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