Empecemos por preparar la masa. En un bol grande mezcla la leche tibia con el azúcar y la levadura seca. Deje reposar hasta que la levadura se active y comience a formar espuma, aproximadamente de 10 a 15 minutos.
Una vez activa la levadura añade sal, claras, aceite y yogur natural. Mezclar bien todos los ingredientes.
Añade poco a poco la harina y amasa con las manos o con una batidora provista de gancho amasador hasta obtener una masa suave y elástica.
Agrega la mantequilla blanda a la masa y continúa amasando hasta que todo esté completamente incorporado. La masa debe quedar ligeramente pegajosa.
Cubre el bol con una toalla limpia y deja que la masa repose y suba en un lugar cálido durante unos 20 minutos.
Mientras tanto, prepara el relleno mezclando en un bol pequeño el queso rallado con sal, perejil picado y eneldo picado.
Montado y cocido
Una vez reposada la masa, dividirla en porciones del tamaño de una pelota de golf. Haz un agujero en el centro de cada porción y rellénalo con una cucharada de la mezcla de queso.
Forme una bola con cada porción, asegurándose de que el relleno quede completamente cubierto por la masa.
Coloca las bolitas de masa rellenas en una bandeja para horno forrada con papel pergamino, dejando espacio entre ellas para que se expandan.
Precalienta el horno a 180°C (350°F).
Hornee los panes en el horno precalentado durante unos 20 a 25 minutos o hasta que estén dorados y suenen huecos al golpearlos en el fondo.
Una vez que los panes estén listos, retíralos del horno y déjalos enfriar un poco antes de servir.
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