El tiempo de asado, en teoría, es de 1 hora a esa temperatura por kilo de carne, pero depende de los hornos. En nuestro caso, 2 horas y media para 1,8 kg de cordero.
Cada 15 minutos regamos con su jugo o con agua. Si se quema demasiado la superficie cubrimos con aluminio.
Cuando vemos que el cordero está tierno damos la vuelta para que se dore por la parte por donde los vamos a servir, normalmente la parte exterior. Seguimos siempre regando con líquido. Hay que intentar que quede una capa crujiente y dorada en la superficie, pero si vemos que se dora demasiado cubrimos con papel aluminio.
Servimos recién hecho, con todo su aroma y sabor.
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Trucos y consejos para hacer cordero asado
Se puede añadir al cordero con la manteca de cerdo un majado de ajo con hierbas aromáticas (romero o tomillo) al gusto.
Un truco que nos encanta es ‘mechar’ la carne de cordero por sus partes más gruesas con unas hojas de hierbabuena o menta. Se hacen unos cortes a cuchillo y se meten las hojas de menta. Durante el asado la menta aporta frescor y retira parte del ‘chero’ del cordero.
En algunos lugares añaden vino blanco al asado. Nuestro consejo es no usarlo porque disfraza mucho el sabor del cordero. Solo lo recomendaríamos si el cordero es congelado o tiene poco sabor.
Como hemos dicho, cada 15 minutos hay que bañar la carne con su propio jugo. Si vemos que va quedando poco usamos agua para rociar la carne. Tampoco hay que pasarse para el cordero no se ‘cueza’ por la parte de abajo.
Para evitar esto último, que el cordero esté cociéndose en su jugo, hay varios trucos. Podemos poner el cordero sobre una rejilla de metal que colocamos cobre la bandeja de asar. También podemos ponerlo sobre unos cucharones de palo. La cuestión es que no se asiente del todo sobre la bandeja con los jugos.
Para conservar la jugosidad de la carne podemos poner agua en otra bandeja en la parte inferior del horno. También la podemos poner simplemente en un recipiente en algún lugar del horno, en la misma bandeja o abajo. Si quieres aromatizar un poco y evitar el ‘olor a cordero’ pon en el agua unas rodajas o cascos de limón.
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