El cuerpo utiliza el azúcar en sangre como combustible, pero la prediabetes causa resistencia a la insulina, lo que significa que el cuerpo no puede convertir la glucosa en energía de forma eficiente. Esto provoca fatiga y cansancio excesivo, explica el especialista.
5. Aumento o pérdida de peso repentina e inexplicable
Cuando el cuerpo no puede obtener la energía que necesita del azúcar en sangre, empieza a quemar otros nutrientes como combustible, lo que puede provocar pérdida de peso, incluso sin dieta ni ejercicio, explica Gupta.
Por otro lado, la resistencia a la insulina puede provocar hambre y provocar un aumento de peso en lugar de una pérdida.
6. Algunas zonas de la piel se oscurecen
Los niveles altos de insulina pueden acelerar la reproducción de las células cutáneas, lo que provoca una afección llamada acantosis pigmentosa. Esto ocurre cuando la piel del cuello, las axilas o los pliegues de los codos comienza a oscurecerse y adquiere una textura suave o aterciopelada, explica Gupta.
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