Protección antioxidante e inmunológica
El panal tiene un efecto antioxidante e inmunoestimulante.
Un estudio demuestra que la miel de panal sin procesar combate los radicales libres que dañan los tejidos corporales y causan enfermedades crónicas.
Diarrea
La miel cruda contiene prebióticos, probióticos y zinc, sustancias que combaten las cepas de bacterias asociadas con la diarrea.
Trastornos del sueño
La miel de abejas ayuda a mejorar el sueño estimulando la producción de hormonas relacionadas con el sueño. También es útil contra las neurosis.
Aumento de energía
Los azúcares naturales, las vitaminas, los minerales, las proteínas y el polen del panal aumentan los niveles de energía y mejoran el rendimiento físico.
Enfermedades del hígado
La miel es útil en caso de hepatitis crónica, en cuyo caso se recomienda tomar 120 g al día, divididos en varias tomas.
Los ésteres de la cera de abejas reducen la resistencia a la insulina y aumentan la capacidad antioxidante del cuerpo.
Es por esto que el panal también puede ser útil en la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Infecciones
Por último, pero no por ello menos importante, los panales ayudan al cuerpo a luchar de forma más eficaz contra patógenos dañinos, como Staphylococcus aureus, E. coli, Candida albicanis y Salmonella enterica.
Debido a sus efectos antimicrobianos, la miel cruda puede combatir infecciones por giardia lamblia y otros parásitos intestinales.
Panal de abejas – precauciones y contraindicaciones
No se recomienda consumir panales en grandes cantidades ni durante un periodo prolongado, ya que pueden producirse obstrucciones intestinales.
Un informe muestra que una mujer que comió panal durante dos meses desarrolló una masa de cera en sus intestinos y necesitó cirugía para eliminarla.
El panal no se recomienda para niños menores de 1-2 años, así como para personas con diabetes.
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