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Aquí hay una guía paso a paso para remojar los pies

Prepare el remojo de pies: llene un recipiente o balde con agua tibia o caliente. El agua debe estar cómodamente caliente pero no hirviendo. Agrega peróxido de hidrógeno al agua. La proporción recomendada es tres partes de agua por una parte de peróxido de hidrógeno, pero puedes ajustarla según tus preferencias. No es necesario que sea preciso; mirándolo está bien.
Remoje sus pies: Coloque sus pies en la mezcla de peróxido de hidrógeno y agua. Remoja tus pies durante unos 10 a 15 minutos. Este remojo ayuda a suavizar los callos y puede ayudar con varios problemas de los pies.
Retire la piel muerta: después de remojar, tome una piedra pómez o una lima para pies y frótela suavemente sobre las áreas con callos y piel muerta. El peróxido de hidrógeno habrá suavizado la piel, facilitando su eliminación. Sea suave y evite frotar excesivamente, especialmente si tiene la piel sensible.
Seque sus pies: séquese los pies con palmaditas con una toalla limpia. Asegúrese de secar bien entre los dedos de los pies para evitar la acumulación de humedad.

Hidratar (opcional): aplique una crema hidratante o crema para pies para mantener sus pies suaves e hidratados. Este paso es especialmente importante si has eliminado mucha piel muerta, ya que ayuda a prevenir la sequedad.
Repita según sea necesario: Dependiendo de la gravedad de sus callos u otros problemas en los pies, es posible que deba repetir este proceso con regularidad para ver una mejora. Para algunos, una vez a la semana puede ser suficiente, mientras que otros pueden necesitar un tratamiento más frecuente.
Mantenimiento: Para mantener los pies sanos, considere el cuidado regular de los pies, incluido el uso de una piedra pómez o una lima para pies durante la ducha o el baño, la aplicación de crema hidratante a diario y el uso de calzado adecuado.

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