El tomillo ha sido popular durante siglos y se ha utilizado comúnmente para tratar una variedad de dolencias, desde la gripe hasta los ataques epilépticos.
En la Edad Media, la gente mezclaba tomillo con lavanda en cantidades iguales y los esparcía sobre el suelo de las iglesias para eliminar los olores no deseados. Además, también se utilizaba para curar heridas y prevenir infecciones, y se aplicaba triturado en las zonas afectadas.
Sus aceites esenciales volátiles son ricos en propiedades antivirales, antirreumáticas, antisépticas, antiparasitarias y antifúngicas.
Su uso regular reducirá la carga viral en el organismo, por lo que es excelente en caso de lupus, tinnitus, síndrome de fatiga crónica, esclerosis múltiple, fibromialgia, vértigo, tiroiditis de Hashimoto y artritis reumatoide. Lo único que necesitas hacer para mejorar estos problemas de salud es beber una infusión de tomillo cada mañana.
El tomillo es rico en vitaminas y minerales, entre ellos hierro, potasio y calcio, que son extremadamente beneficiosos para la adecuada formación de glóbulos rojos, la regulación de la presión arterial y la distribución de antioxidantes en el cuerpo. También es abundante en ácido fólico, vitaminas B, A y C.
También contiene varios bioflavonoides y aceites volátiles, incluido el timol, un aceite esencial con poderosas propiedades antioxidantes.
Además, tiene poderosas propiedades preventivas del cáncer, ya que es rico en terpenoides como el ácido rosmarínico y ursólico.
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