Consuma alimentos ricos en hierro
Elija fuentes animales como mariscos, pescados grasos, hígado y carne de res alimentada con pasto para obtener hierro hemo y vitamina B12, ambos cruciales para la producción de glóbulos rojos.
Limite los carbohidratos refinados
Reduzca el consumo de azúcar, refrescos, pasta, pan blanco y galletas. Estos aumentan la acidez de la sangre e interfieren con la oxigenación celular.
Agregue alimentos ricos en vitamina E
Disfrute de semillas de girasol, aguacates, aceite de oliva virgen extra, avellanas y verduras de hoja verde para favorecer la salud cardíaca y el flujo de oxígeno.
Pase tiempo al aire libre
Salga a caminar a diario por espacios verdes para disfrutar de un aire más fresco y oxigenado, además de compuestos vegetales naturales. El movimiento también favorece una mejor circulación sanguínea.
Manténgase hidratado y consuma bayas antioxidantes
Beba al menos 1 litro de agua mineral al día para mantener la sangre fluida. Agregue bayas ricas en antioxidantes (arándanos, fresas, açaí) para un aporte extra de energía, o pruebe una bebida sencilla con bayas machacadas, sal marina y agua mineral con gas.
Practica la respiración profunda.
Coloca una mano sobre el estómago y la otra sobre el pecho. Inhala profundamente durante 4 segundos, expandiendo el estómago; exhala lentamente durante 6 segundos. Esta técnica mejora la absorción de oxígeno y ayuda a regular el estrés.
Si experimentas varios de estos síntomas, consulta con tu profesional de la salud. Un oxímetro de dedo puede medir rápidamente tu nivel de oxígeno en sangre; cualquier valor inferior al 92 % puede indicar un problema. Con sencillos cambios en tu estilo de vida, puedes mejorar tus niveles de oxígeno y mantener tu cuerpo funcionando al máximo, así de fácil.
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