Cómo utilizar las verduras crucíferas para obtener beneficios anticancerígenos
Para maximizar el potencial anticancerígeno de estas verduras, es importante prepararlas y cocinarlas correctamente . Aquí te explicamos cómo:
- Cómelos crudos cuando sea posible: los glucosinolatos pueden disminuir entre un 18 y un 59 % cuando las verduras crucíferas se cocinan durante 9 a 15 minutos (8).
- Cocine al vapor en lugar de hervir: los métodos de cocción que utilizan menos agua , como el vapor, ayudan a conservar los glucosinolatos y otros compuestos beneficiosos.
- Incorpore más brotes: los brotes de brócoli contienen entre 10 y 100 veces más sulforafano que el brócoli maduro, lo que los convierte en uno de los alimentos anticancerígenos más potentes.
- Combínalo con semillas de mostaza o rábano daikon: estos alimentos contienen la enzima mirosinasa , que ayuda a activar el sulforafano para una mejor absorción.
2. Cúrcuma
La cúrcuma, en concreto su compuesto activo, la curcumina , es una de las sustancias naturales más investigadas para la prevención y el tratamiento del cáncer. De hecho, más de 1300 estudios citados en PubMed (incluidos ensayos clínicos en humanos) demuestran que la curcumina inhibe el crecimiento de células cancerosas y desencadena la apoptosis.
Se ha descubierto que la curcumina exhibe propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antiproliferativas e inductoras de apoptosis, lo que la convierte en un poderoso alimento anticancerígeno.
Propiedades anticancerígenas clave de la curcumina
- Inhibe el crecimiento de células cancerosas
- Se ha demostrado que la curcumina suprime el crecimiento tumoral al inhibir las vías de señalización que las células cancerosas utilizan para multiplicarse.
- Un estudio publicado en Cancer Letters (2015) descubrió que la curcumina puede bloquear la vía NF-κB, que es un importante impulsor de la inflamación y la supervivencia de las células cancerosas (9).
- Desencadena la apoptosis (muerte de células cancerosas)
- La investigación en terapias moleculares contra el cáncer (2007) demostró que la curcumina puede activar proteínas proapoptóticas (como p53 y Bax) mientras inhibe proteínas antiapoptóticas (como Bcl-2), lo que lleva a la muerte de las células cancerosas (10).
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